La vida fructifera de Diego Oropeza, Oscar Moncada, Waldo Rendón
Isaac Avila Cegobiano
Fotografias cortesía: Eduardo “Wero” Amaro
Después de que nos impactó la noticia del accidente automovilístico que sufrieran tres surfers de Puerto Escondido Oaxaca; Diego Oropeza, Waldo Rendón y Oscar Moncada, los dos primeros muriendo instantáneamente, mientras Oscar fue trasladado a un hospital gravemente herido nos dio esperanza de que pudiera salir adelante pero no, el destino ya estaba marcado, a las primeras horas del domingo fue declarado muerto. Con ello la leyenda tomaba más fuerza y vivirá por siempre, todos los que convivieron con ellos tienen una historia que contar de sus maravillosas vidas que llevaron.
Los hijos de Zicatela vuelven a casa, reposan y descansan ya, la playa de sus amores, la ola que les dio felicidad, donde los admiramos tirarse esas enormes olas, meterse al tubo y salir con toda esa energía, esa sonrisa de satisfacción que contagiaba, se les extrañará sin duda en esa ola, la ola de felicidad que les dio también respeto.
Oscarin Moncada Ramírez descendiente de una energía de surfers, de personajes que iniciaron este deporte en puerto escondido, de personas ligadas al mar, de una extensa ramificación del árbol genealógico de surfers destacados. sus competencias y viajes por México y varias partes del mundo lo llenaron de gozo, él era el surfer de la sonrisa franca y espontánea así como sus ocurrencias y lenguaje.
Los tres fueron personas muy queridas y admiradas que se ganaron el corazón de los que los trataron, por lo tanto recibieron lo que dieron, lo que sembraron… una ceremonia llena de alma y corazón diría Pako, Playa Zicatela estaba abarrotada, llena de familiares y amigos reunidos todos en torno a la fraternidad, al amor, al apoyo, dando el último adiós a los restos mortales de Oscar, Diego y Waldo.
La ceremonia iniciaba con una voz angelical de una chica, canciones acorde al acto. Pako Samperio fue el encargado de llevarla a cabo, se emitían palabras de consuelo en torno a la palabra de dios, “no entendemos porque sucede esto pero debemos creer que dios tiene un propósito para ellos” los padres de los muchachos subieron al pódium y enviaron su mensaje, solidarizándose todos con su dolor, al igual algunos de sus amigos subieron y dijeron algunas palabras, en unos momentos muy emotivos que es muy difícil no soltar en llanto.
La tarde caía, la ceremonia estaba en su última fase, los surfers tomaron sus tablas y buguis con una flor y empezaron a remar hacia el océano, cruzando las olas de playa Zicatela formando un circulo, un gran corazón, de pronto se dio un suceso que causo asombro tres pelicanos volaban sobre los reunidos en el círculo, era un símbolo de los tres espíritus, de las tres almas que volaban unidos hacia el infinito, hacia su lugar de reposo, a su paraíso, después de haber superado las tareas del día, de la vida, después de llevar una vida frutica, con más días de felicidad que de tristeza.
El sol con ese color increíble de atardecer caía y se escondía en el océano, al igual que las cenizas de Diego, Oscarin y Waldo descendían hacia el fondo del mar, culminando así en el reposo, la calma de unos cuerpos que tuvieron una vida muy activa, muy
fructífera, muy increíble, que siempre vivirán en nuestros corazones, en nuestro recuerdo.
¡¡¡Diego Oropeza, Oscar Moncada y Waldo Rendón hoy ya descansan en paz, pero vivirán por siempre!!!
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