Un día después de Otis
Por Isaac Avila Cegobiano
Cada quien tiene su historia de lo que vivió con Otis, esa noche trágica que afecto a todos los reinos con su terrible onda expansiva, despertar y ver la magnitud del problema. Al transcurrir de los días cada quien salía adelante como podía, con muchos factores en contra, pero con la firme convicción de seguir con nuestras vidas y la de nuestras familias.
En las calles polvorientas renacía la vida, los arboles que no fueron arrancados de raíz y que solo sus ramas dejo, brotaban hojas verdes. El comercio informal se podía ver activo, el limpia parabrisas en el crucero, la gente que vendía comida, los mercados vendiendo y algunos regalando sus productos.
Un día después de la catástrofe vimos un atardecer espectacular con los que suele ofrecernos Acapulco colores rojos, naranjas, amarillos, azules, blancos en el cielo, la tarde caía dando paso a la noche con un “sunset” espectacular, son los atardeceres que te hacen decir “wow” los atardeceres con que cuenta Acapulco para el deleite de los que gustan de la naturaleza de la paz y regocijo que da al espíritu.
Con la fuerza de la apertura de la barra de la laguna Negra de Puerto Marques que rasco la arena del fondo marino he hizo una corrientita, un pico justo enfrente de la abertura de la barra de la laguna negra de playa Revolcadero, pero claro todos preocupados en sus deberes y el poco transito para llegar a la playa esa ola reventaba y se dejaba ir sola.
